Ramón Morante, cuarta generación de La Pastelería Calitos en Guadahortuna (Granada) junto con su hermano Manuel, ha evolucionado y actualizado la oferta de la casa gracias a su curiosidad alimentada en revistas y libros técnicos, pero sobre todo por su carácter abierto y su contacto con otros profesionales del sector.
Hoy en día, el establecimiento es parada obligatoria para un sinfín de viajeros que disfrutan de su cafetería con bollería de autor, de su variada y colorista vitrina de pasteles individuales los fines de semana y de especialidades más o menos tradicionales con acento propio, como el emblemático rosco de vino.
