Estos días hemos vuelto al Restaurant BaLó de Barcelona, comandado por los chefs y pareja Lena Maria Grané y Ricky Smith.
Disfrutamos de su último menú de temporada, una oda al producto de proximidad pasada por el filtro de sus responsables, en busca de un estimulante equilibrio entre tradición catalana y vanguardia británica, encarnado en cada uno de los dos chefs al frente.
Aquí repasamos los pases del menú actual que pudimos disfrutar:
Dos bocados llenos de sabor
Ahí tenemos el arranque del menú con dos bocados llenos de sabor, una patata crujiente con manchego trufado y un tártar de ternera con arroz integral frito.
Pan y mantequilla con marmite, buena alianza
Mención aparte merece el pan de la casa acompañado de una mantequilla con marmite, la levadura de cerveza tan característica de tierras inglesas y que le incorpora un toque fermentado muy agradable a la grasa láctea.
Ingenioso mar y montaña
Uno de los bocados más memorables es el ingenioso mar y montaña a base de una "galleta" crujiente de piel de pollo que esconde un tartar de gambas y aguacate.
Caballa con punto picante
Otro producto troncal de la gastronomía popular inglesa es la caballa, que en BaLó es curada y combinada con pepino y rábano picante en otra propuesta llena de sensaciones.
El punto álgido
Y, para nuestro humilde punto de vista, un punto álgido del menú llega con el ravioli a la catalana, con su consomé de PX, sus hojas de espinacas al dente y su concentrado de pasas con piñones.
La propuesta de mar
Temporada a tope con el bacalao confitado con su té de pollo y setas.
Remate antes del postre
Remate final del menú con un señor magret de pato acompañado de ciruelas encurtidas y puré de apionabo.
Piruleta "palette cleaner"
Y antes de meternos en el postre, una divertida piruleta “palette cleaner” a base de granizado de limón y espirulina.
Postre de temporada
Y de postre un juego dulce 100% de temporada a base de naranjas y tejas de castaña.
La cocina de BaLó evoluciona y encuentra un interesante punto de equilibrio repleto de sabor y sensibilidad entre ese acerbo británico de Ricky Smith y la rica huerta catalana que tan bien conoce Lena Maria Grané. Su visita está más que justificada, y los precios de los menús son altamente competitivos.