Calitos es una de las pastelerías de autor que es un referente en Andalucía. Y es que se ubica en Guadahortuna, una pequeña villa en el interior granadino que se emplaza en un cruce de carreteras estratégico entre la propia Granada, Jaén y Almería, parada obligatoria para un sinfín de viajeros.
En DPAS 516 visitamos el establecimiento centenario y a su responsable, Ramón Morante, cuarta generación familiar, para descubrir su historia y cuál es el secreto de su buena marcha.
Los orígenes

La historia de Calitos, la primera panadería que se abrió en Guadahortuna, se remonta a 1875. Su fundador, José Domingo, la bautizó como La Preferida y en ella producía diariamente panes de trigo candeal.
Antonio Morante, la segunda generación, siguió los pasos de su padre, aunque logró aumentar la producción con una familia de siete hijos, llegando a elaborar 4.000 bollos al día, amasados a mano y distribuidos por casi toda la comarca. Además, instaló un molino para fabricar sus propias harinas con trigos autóctonos. En esta época el nombre cambió a Calitos por la alta estatura de Antonio, al que los vecinos apodaban Eucaliptus. El paso del tiempo y el acento típicamente granaíno acabó por derivar en Calitos.
Francisco Morante, tercera generación y el más pequeño de los hijos, quiso acercar las últimas novedades pasteleras a sus clientes. Por eso, estuvo viajando y trabajando durante nueve años en Alemania, aprendiendo muchas especialidades que después terminarían formando parte de la oferta de Calitos. Se consolidaron algunos clásicos de la casa, desde los mantecados a los roscos de vino, pero también otros productos a base de hojaldre como la torta de chicharrones o “la patera” de nueces.
Modernización de la oferta

Ramón Morante, la cuarta generación junto a su hermano Manuel, es quien ha hecho evolucionar la oferta y la ha actualizado gracias a lo aprendido en casa, a una curiosidad que alimenta en revistas y libros técnicos, y a su contacto con otros profesionales del sector.
Su vitrina de pasteles individuales se ha convertido en un espectáculo de semifríos moldeados con glaseados nítidos y brillantes.
Obsesión por las masas

La bollería de la casa ha crecido y se ha diversificado con los años. Obsesionado por las masas, Ramon Morante hace un esfuerzo para incorporar las últimas tendencias en masas laminadas y fermentadas y convertir estas especialidades en productos de gran personalidad y atractivo.
Es así como surgen, por ejemplo, los croissants bicolor, los pain suisse, el panettone o el brioche jurasienne, reconvertido en una especie de babá al ron.
Descubre estas creaciones de Ramón Morante en DPAS 516
