Maison Marcel, la pastelería y heladería de Andrea Dopico y Franck Wenz, cuenta desde el mes de abril con un segundo establecimiento, esta vez en Girona capital.

El trabajo realizado por esta pareja en el centro de Sant Feliu de Guixols, en la Costa Brava, dispone ahora de una nueva ventana que sigue el mismo espíritu que el establecimiento principal, es decir, desarrollar una oferta dulce bajo la premisa del “kilómetro cero”, ingredientes de calidad y un producto de autor sencillo y cuidado con mimo.

“Lo primero que hemos hecho es darle al espacio la sensación de estar en casa”, nos comenta Andrea Dopico. Una clave de Maison Marcel es crear un ambiente cálido y familiar en el que la experiencia alcanza su máximo sentido.

Por lo demás, son muchas las similitudes entre ambos locales y la filosofía con la que esta pareja abre cada día la persiana. Porque el vínculo con el cliente es clave y conseguir su fidelidad todavía más, por eso destacan del local de Sant Feliu todo el trabajo que realiza el negocio fuera de las épocas de máximo apogeo turístico. En el caso del nuevo establecimiento de Girona, la elección de un barrio como Montjuc, en el monte situado justo detrás del barrio viejo, busca replicar precisamente esa filosofía de pastelería de barrio conectada a un cliente habitual.

El local gerundense acaba de arrancar y el objetivo de Frank y Andrea es adaptar la oferta y el espacio a las necesidades y preferencias de su nuevo cliente. El punto de venta empieza su andadura con productos de pastelería y bollería, haciendo especial hincapié en las piezas saladas. En las próximas semanas también tienen previsto incorporar su oferta habitual de helados.