Este 2025 se cumplen diez años desde que el reconocido chocolatero Lluc Crusellas fue alumno del maestro pastelero, Éric Ortuño. El pop up Back to School, que acogió L’Atelier Barcelona los pasados 16 y 17 de mayo, celebra precisamente el vínculo de amistad entre dos profesionales de generaciones distintas en un reencuentro efímero, pero intenso. Un pop up de dos jornadas entre maestro y antiguo alumno que reivindica la creatividad, la complicidad y la excelencia pastelera.
Tal y como explica Crusellas, “aunque después de mi etapa formativa realmente no hemos coincidido en ningún sitio, siempre ha habido mucha complicidad entre nosotros, además de un cariño un poco como de padre e hijo. Y hace cosa de medio año, dijimos "tenemos que hacer algo, crear un pop up especial, en el que se pueda vivir la experiencia conjunta de dos estilos, de dos maneras de entender la pastelería”. Así, de esa admiración mutua nace la idea de crear algo juntos, una propuesta gastronómica breve y exclusiva, pensada para quienes quieren vivir una experiencia única e irrepetible.
Más que un simple escaparate de productos de L’Atelier (Ortuño) y Eukarya (Crusellas), este pop up es una colaboración genuina, donde cada detalle ha sido diseñado a medida: desde cada uno de los individuales, helados y bombones, hasta el embalaje y la imagen del evento. En este sentido, el producto estrella es un cofre de bombones con siete combinaciones de sabores icónicas en la trayectoria de Ortuño, ahora recreadas por Crusellas: mascarpone con café; limón y pimienta; galleta de Reus con chocolate de origen Papúa Nueva Guinea; frambuesa-mascarpone; tropical; Sacher; y Gold. Una colección de bombones llenos de nostalgia, pero a la vez también de futuro.
Asimismo se pudo degustar un helado servido en un típico cono de croissant de L’Atelier, elaborado con ingredientes emblemáticos de ambas casas, e individuales sorprendentes, como una flor de chocolate inspirada en los mosaicos de Barcelona. Todo pensado exclusivamente para estos dos días, argumenta Ortuño. Además, para quienes no pudieron visitar de manera presencial este pop up, la propuesta estuvo disponible en línea a través de las webs de Eukarya y L’Atelier, con envíos a domicilio.
En opinión de Lluc, este tipo de eventos “son oportunidades para disfrutar, aprender y crear vínculos reales dentro del sector. Hay que hacer que pasen cosas”, añade. Así, pese a que pop ups como éste suponen un esfuerzo añadido en la gestión de ambos negocios, también representan formas novedosas para atraer la atención y la visita de los clientes a las pastelerías con nuevas experiencias, al margen de la vida comercial habitual de los establecimientos. Además, desde el punto de vista profesional son actividades que generan sinergias y una visión compartida de la importancia de la creatividad en la pastelería de autor.