En el marco de la última edición de la Barcelona Design Week, celebrada del 7 al 17 de octubre, L’Atelier Barcelona albergó una instalación interactiva de la artista costarricense Paz Ulloa.
Bajo el título “Todxs Material”, este pop-up consistía en una mesa central donde se mostraba una variedad de abstracciones de formas y materiales cósmicos/atómicos para generar curiosidad y conectar con el espectador al estimular sus sentidos y provocar conexiones mentales inusuales. “Son elementos que buscan abrir el diálogo acerca del misterio de nuestra existencia y exponen que todos los seres humanos somos tan iguales como diferentes, tan únicos como idénticos en nuestra infinidad de resonancia con el universo, las estrellas y la naturaleza”, explica Paz.

Además de la muestra, L’Atelier presentó una caja de bombones rellenos de gianduja, ganache y praliné, con cuatro sabores distintos y los colores de las abstracciones de la artista. Pero ¿por qué se escogió hacer bombones? “En mi opinión, la bombonería se ha ido quedando un poco antigua”, asegura Ximena Pastor, copropietaria del establecimiento. “Pero, de repente, hay personas como Andrey Dubovik con quien hemos tenido la oportunidad de colaborar o el concurso del Mejor Bombón de España que está dándole un punto de importancia al bombón, y nos damos cuenta de que se pueden crear muchas técnicas, muchos juegos, muchas líneas de diseño. En este caso, hemos escogido hacer un homenaje a un objeto que forma parte de la colección de la artista, un modelo ovalado que evoca un gunkan (un tipo de sushi japonés que se asemeja a un buque de guerra por su forma)”.

Paz ha sido la encargada de crear todo el diseño gráfico de los bombones. “Y en conjunto con Chaima Boutkabout y Marianna Camps, mi equipo de pastelería y chocolatería, hemos pensado cómo podíamos recrear esta figura. Entonces hemos seleccionado el molde adecuado, hemos hecho el chocotransfer del diseño gráfico que creó Paz dentro del marco de la misma colección y hemos creado esta pieza comestible. Lo divertido es que cuando el cliente veía la mesa llena de objetos, se encontraba que todos se podían tocar y de repente había una pieza comestible. Ahí es donde transgrede el arte contra la gastronomía”, añade Ximena.
Esta exposición, apunta Paz, “permitió a las personas tener una relación mucho más íntima y física con los objetos. El óvalo es una figura, constante en mi trabajo, que continuamente revisito y que nunca logro conquistar porque es muy cambiante, así que la elección del bombón en forma de óvalo es muy acertada”.
