Para celebrar el Día de los Muertos, en México es tradición comer pan de muerto los días 1 y 2 de noviembre. Un dulce que también se coloca en los altares para honrar y recordar a los seres queridos que han dejado este mundo.
En Barcelona hay una pastelería que rinde culto a la tradición gastronómica mexicana, Casa Dulce, en la que se forman colas de hasta una hora para adquirir su pan de muerto durante la última campaña de octubre y noviembre.
Gestionar este éxito no es fácil, nos explica Dulce González en DPAS 513, porque es un producto artesano, fresco y delicado, de edición limitada. De ahí que, en estas fechas, el equipo habitual, formado por tres personas, se amplía hasta 8 integrantes.
¿Pero qué hace tan especial el pan de muerto de Casa Dulce? ¡Estas son las 4 diferencias clave respecto al tradicional!
Cambios en la forma: más bracitos
El pan de muerto tiene una forma característica con la que se quiere simbolizar el ciclo de la vida y la muerte. Normalmente tiene cuatro bracitos, que para algunos son como las lágrimas por la pérdida de los seres queridos, pero también se considera que son las extremidades de un cuerpo, cuya parte central sería la cabeza.
“Yo le pongo más huesitos, que es como se le llama a estas extremidades, porque es mi toque personal y es lo que más me gusta del pan de muerto. Son como más crujientes, se les puede añadir un poco más de harina a esta parte de la masa para conseguir darle la forma con más facilidad”.
Bouquet aromático: muchas especias
El pan de muerto habitual sólo tiene naranja y azahar. Dulce González utiliza muchas especias, una de éstas es el tomillo, del cual deshoja cada rama. Luego está la ralladura de naranja.
“Es que solo con el tratamiento de los aromáticos de la masa nos pasamos horas. Completa el bouquet de aromas el haba tonka y la vainilla natural”.
Precio equivalente a la calidad
Mantequilla de primera calidad, harinas ecológicas… Dulce González no quiere hacer un producto “low cost”. También hay que dedicarle varios pasos manuales, con lo que al final se convierte en un producto en el que invierte mucho, por eso es más caro que el de la media,” aunque hay quien quiere acercarse a nuestro precio sin dar la misma calidad. Pero ahí ya cada uno debe hacer lo que considere más oportuno”.
Rebozado que potencia el aroma
Normalmente el pan de muerto está rebozado en azúcar blanco. Aquí se hace una mezcla de azúcar blanco y piloncillo, es decir, panela, y un poco de ralladura de naranja para potenciar el aroma. Encima se embadurna con mantequilla.