La Asociación Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (AFADHYA) ha entregado recientemente una distinción a una heladería histórica que acaba de cumplir 60 años, Via Flaminia, como homenaje a su aportación a la cultura heladera argentina y su compromiso con la tradición artesanal.
“Via Flaminia, con sus emblemáticos cucuruchos, es un símbolo de lo que la artesanía heladera puede lograr. Nos enorgullece reconocer a establecimientos que marcan un legado y que representan la esencia del helado artesanal argentino: trabajo, dedicación y pasión transmitida de generación en generación”, asegura Maximiliano Maccarrone, presidente de la entidad.
¿Pero cuál es el origen de Via Flaminia y por qué es tan popular? La heladería, ubicada en Acassuso, provincia de Buenos Aires, fue fundada en 1965 por el italiano Antonio Capraro y la española Amparo Capradella, padres de la actual propietaria, Sandra Capraro.

Uno de sus grandes valores es que fue de las pioneras en el país en abrir sus puertas durante el invierno, reafirmando que el helado se puede disfrutar todo el año. Y para hacerlo posible crearon un cucurucho bañado en chocolate, que con los años se ha convertido en el más largo del mundo.
Con 60 cm y 300 gramos, requiere helado fresco, buen chocolate y técnica, ya que una vez servido en la base del cucurucho, se le tiene que dar la vuelta y alargar la punta mediante pequeños movimientos ondulantes. A continuación, bañar en chocolate y pasar por un pozo frío a una temperatura entre -18ºC y -10ºC.
