Lulo es una de las voces más prometedoras de la heladería argentina. Su perfil híbrido (pastelera, heladera y chocolatera) le permite mirar el oficio desde múltiples dimensiones. Ha crecido junto a referentes como Juan Pablo Colubri y Mercedes Román, y su trabajo en Carpigiani Argentina la obligó a madurar rápido.
Su perfil técnico deriva de la heladería: balance, precisión y control. Su visión creativa proviene de la pastelería: estética y narrativa. En su primera aparición en la revista trabajó dos geografías opuestas —Patagonia y litoral— elaborando un discurso emocional sobre lo efímero y lo profundo del territorio.
Representa una generación que exige autenticidad y honestidad del producto.