El centro de innovación alimentaria Spora, de Rasmus Munk, va a desempeñar un papel clave en la fase 2 del proyecto global “Acetate to Food”, financiado por la Fundación Novo Nordisk y la Fundación Gates, y cuyo objetivo es crear alimentos con proteínas derivadas del CO₂.
“Necesitamos soluciones tangibles que puedan alimentar a más personas sin ejercer presión sobre nuestros recursos naturales en el proceso. Cuando el consorcio comenzó su trabajo hace dos años, la producción de alimentos derivados del CO₂ parecía algo sacado de una película de ciencia ficción. En los próximos dos años, esperamos ver prototipos reales de productos alimenticios que serán probados por los consumidores”, afirma Claus Felby, vicepresidente de Agroalimentación de la Fundación Novo Nordisk.
La tarea de Spora es aportar creatividad culinaria y conocimientos científicos para diseñar alimentos sostenibles que puedan servirse en las mesas de todo el mundo y, lo que es más importante, ayudar a combatir el hambre y la malnutrición en los países de bajos ingresos. “El reto es sencillo, pero complejo: desarrollar alimentos deliciosos, ricos en proteínas, para el consumo diario, con un bajo impacto en el planeta y un gran atractivo, especialmente para las familias de las comunidades que más lo necesitan”, explica Mette Johnsen, directora general de Spora.
Los alimentos no se crearán únicamente en un laboratorio. Spora y sus socios están trabajando con chefs locales y comunidades de todos los continentes para estudiar las culturas alimentarias y las necesidades nutricionales y asegurarse de que los nuevos platos se adapten a los paladares locales. “Este proyecto no se limita a la ciencia. Se trata de cambiar la forma en que alimentamos al mundo y de garantizar que los alimentos del futuro sean sostenibles, accesibles e irresistiblemente buenos”, asegura Rasmus Munk.